Sus protestas buscan apurar una evaluación de daños concreta en los edificios, hasta ahora solo han ido a dar algunas vueltas desde el municipio y el SERVIU pero no ha realizar una evaluación seria de los daños en cada edificio, dicha evaluación debería concluir en un informe detallado en poder de los propios vecinos que hoy duermen en carpas en estacionamientos y pastos de la villa.
Si existen edificios que deben ser demolidos hay una voz general que señala que no permitirán el lucro por medio de inmobiliarias que destruyan el patrimonio arquitectónico que caracteriza al sector.
Vecinos del sector evalúan organizarse para administrar en sus propias manos los dineros para reparación o construcción de sus viviendas por medio de un comité territorial de reconstrucción (CTR).