
Durante la Guerra del Pacífico (1879-1884) Chile arrebató a Perú parte de su territorio, y junto con él las fuentes de riquezas que allí se encontraban: el salitre y el guano (que durante el siglo XIX tenían un muy buen valor en el mercado internacional y, además, un gran pedazo de su territorio marítimo que desde entonces, pasó a ser parte de la costa de nuestro país.
Al término de la guerra diversos tratados limítrofes fueron firmados para enclarecer las nuevas fronteras, sin embargo, a pesar de los mas de 100 años que han transcurrido, este tema aún sigue siendo un problema en vigencia.
A pesar de la historia y las exigencias de Perú y las respuestas del Gobierno chileno frente a este conflicto, podemos ver claramente que existe un aprovechamiento de parte de los grupos de poder de ambos países para abordar el tema.
Ellos tienen la intención de reforzar lazos internos mediante propagandas y consignas falsas que identifiquen a sus habitantes, éstas van dirigidas directamente a la conciencia del pueblo, para que se olviden de las luchas que se llevaban hasta ese momento, para palear problemas internos, para promover la “unidad nacional”.
Y es que es normal dentro de la historia que suceda que en un conflicto de este tipo, la conciencia colectiva nos lleve a identificarnos más con nuestro país, y nos dejemos arrastrar por las propagandas nacionalistas, pero no nos dejemos engañas tan fácilmente.
Estamos en medio de una crisis, ad portas de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile, justo en el momento donde las encuestas muestran una baja en la popularidad de Alan García, y entre un crecimiento de la movilización social en ambos países; y nuevamente sacan a la luz este conflicto limítrofe.
Ciertamente no es mera coincidencia que suceda en estos tiempos, es fácil darse cuenta que el problema aflora en tiempos difíciles para las burguesías nacionales, quienes aprovechan sus malos momentos para apelar al “patriotismo” y al defender lo “nuestro”, con el único objetivo de tapar los líos sociales internos.
Ambos países nos encontramos en un año donde las expectativas económicas se verán reducidas. En Perú durante el 2008 se inicio la reducción del presupuesto público para programas sociales, entidades y otros sectores, originando diversas protestas de estudiantes y trabajadores. En Chile hemos visto como la línea de la cesantía crece, como se privatiza nuestro país, para dejarnos con las manos vacías.
Pero el gobierno intenta inculcar ese patriotismo barato, sale defendiendo “nuestro” territorio, nuestras riquezas, sin embrago no olvidemos que fueron ellos mismo los que vendieron y venden los recursos nacionales a extranjeros, que vendieron la principal riqueza del país: el cobre, y no les bastó con eso, también dieron la electricidad, el agua, los bosques, etc.
Este tema es un problema económico, de estrategia política para defender los intereses de unos pocos.
No es que el mar será del pueblo peruano, ni lo es del pueblo chileno, ya que dentro del sistema neoliberal, nuestra tierra está en venta, y no para nuestro beneficio, sino para alimentar las ansias de dominación del empresario.
El pueblo no sacará beneficios de este problema, tengamos claros que los únicos beneficiados serán las burguesías nacionales, tanto de Chile, como de Perú.
Somos países vecinos, somos parte de la gran América latina, somos igualmente explotados. No es hora de pelear entre países hermanos, ahora mas que nunca es necesario forjar y construir lazos es post de la unidad latinoamericana.