
Este nuevo primero de mayo veremos a la presidenta en nuestras pantallas “celebrando” el día del “trabajo”, y a la CUT organizando una gran fiesta en la Alameda, tal vez amenazando con un paro nacional para el próximo año que finalmente bajará a una jornada de movilización, también veremos a los “cara de poleras” irrumpiendo en este escenario, violentando “el día del trabajo” y la “Celebración” del día del trabajador organizada por la CUT. Finalmente el debate se centrará en el discursos de la presidenta con trabajadores de alguna empresa que no respeto el feriado, las peticiones de la CUT y los actos violentos, mostrando en cámara a un carabinero que es repelido a piedrazos y a uno que otro detenido.
Pero el tema de fondo es el sentido de la fecha y la forma de manifestarse que sea más adecuada para lograr las reivindicaciones de los trabajadores y el pueblo pobre.
El día del trabajador nos remite a las jornadas de lucha de la clase obrera contra el capitalismo y los patrones, esa lucha se realizaba de manera frontal buscando romper la cotidianidad del mercado paralizando la producción por medio de la lucha de los propios trabajadores en las calles. Ese fue el motivo que llevo a declarar al primero de mayo como feriado legal, pues en la practica la producción era detenida por la acción organizada de la clase obrera y sus familias. De esta forma buscaban bajar la participación y evitar la conflictividad de la fecha.
Pues bien, hoy vivimos en el mismo sistema, pero que ha ido realizando modificaciones en su interior que le han permitido mantener la dominación. Lamentablemente hoy las condiciones laborales de las clases trabajadoras han visto desvanecerse las conquistas ganadas en años de lucha: jornada de 8 horas de trabajo, respeto de los feriados, derecho a huelga legal, sueldos dignos (hoy la explotación se hace caer con mayor fuerza en las espaldas de los trabajadores subcontratados mientras el patrón se esfuma en pequeñas empresas al servicio de las compañías como forma de evitar las demandas salariales y la sindicalización, pues si se dan estas situaciones, simplemente las empresas cancelan contratos con los pequeños patrones subcontratistas dejando cesantes a los trabajadores que reaccionen a la explotación), etc. las situaciones de seguridad siguen siendo insuficientes y es común ver obreros que mueren por falta de seguridad en las faenas, ademas la cesantia va en aumento: el numero de trabajadores desocupados llega a un millón doscientos mil producto de la crisis del capitalismo neoliberal. Esa es la realidad de las condiciones laborales de los trabajadores que poco a poco comienzan a movilizarse.
Si el sistema es el mismo y las conquistas de los trabajadores poco a poco han sido minadas ¿corresponde que asumamos esta fecha como fiesta? ¿Es esa la respuesta que debemos dar frente a la cesantia, los robos de las farmacias, las perdidas de nuestros fondos de pensiones y la mercantilización de la educación? NO. Los trabajadores y el pueblo pobre deben recuperar el primero de mayo como una fecha de lucha organizada que permita interrumpir la producción del país como manera de presión para hacer valer nuestros derechos tantes veces pisoteados, para eso es necesaria una central obrera que este dispuesta a colocarse a la cabeza de las luchas, y que con valor busque la realización de un verdadero paro nacional, un paro de la producción, no solo una movilización de los trabajadores que culmine con grandes discursos, sino que dé por resultado el recuperar los derechos arrebatados como paso a la conquista de una vida digna, solo en un nuevo Chile donde no exista explotación se justificará que el primero de mayo sea un día de fiesta, mientras tantos las calles deberán ser nuestras trincheras, pero no de manera desorganizada ni vanguardista por parte de un pequeño grupo, sino con la conciencia de que el objetivo debe ser arrebatar los derechos robados por el poder y sus expresiones en la búsqueda de un Chile de todos, un Chile popular, donde el primero de mayo como fiesta tendrá justificación.