Los CJR buscan aportar al lento proceso de reconstrucción de las organizaciones sociales de base por medio de la participación directa de los pobladores, estudiantes y trabajadores en la resolución de nuestros problemas, afrontamos con esperanza el presente, apostando por la capacidad de desarrollo que posee el mundo social y confiando en las bases sociales, semilleros de nuevas personas que enfrenten las necesidades y marginaciones de las mayorías por medio de la organización y la lucha por las demandas que nos permitan tener una vida mejor.

Apostamos por evitar el sectarismo entre la izquierda, de la cual nos sentimos parte, por ello nuestra máxima es la unidad en la lucha y la diversidad comprendida como la aceptación de trabajar con diversas organizaciones bajo la premisa de encontrarnos en algún movimiento social u organización social, respetando las identidades y formas de trabajo propios de cada organización.

Creemos que en la realidad concreta no debemos ser tan solo engranajes de una gran maquina que nos domina y de la cual pasamos a formar parte, por ello apostamos a la transformación de los sujetos levantando los valores socialistas como premisa para la transformación de la sociedad.

Solo por medio de una transformación radical , es decir una revolución, seremos capaces de construir una nueva sociedad en donde las personas no estén al servicio de los empresarios y el mercado con sus vaivenes, solo por medio de una revolución seremos capaces de recuperar lo que nos pertenece y de devolverle a la sociedad la libertad de labrar su camino sin ser este alambrado por los intereses de los poderosos.

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jueves, 14 de mayo de 2009

EE.UU. y los derechos humanos


"Hace ya cerca de una mes, salió a la luz pública, nuevamente, las torturas ejecutadas por la CIA a los prisioneros (...) ¿qué moral tiene EEUU para hablar de DDHH? ¿No son ellos los que asesinan, torturan y castigan en nombre de falsas consignas? ¿Qué concordancia existe entre el discurso y la práctica del actual presidente, Barack Obama?"



Conocido es EEUU por su discurso contra el terrorismo y por el respeto a los derechos humanos, es decir, en general, por su cinismo desvergonzado.

Lo vimos en el 2003 cuando comenzó un ataque a Irak, donde perdieron la vida entre 3000 y 8000 civiles en nombre de la “paz” y de una absurda justificación de G.W. Bush, quien declaro que el objetivo era "desarmar a Irak de armas de destrucción masiva, poner fin al apoyo brindado por Saddam Husein al terrorismo, y lograr la libertad al pueblo iraquí.”

Además, lo vemos objetando a Cuba, en cada momento que tiene la oportunidad de hacerlo, para cuestionar el respeto por los derechos de sus ciudadanos. Sin embargo ¿qué cuestionamiento interno se hacen ellos, cuando dentro de su misma frontera miles de ciudadanos ven cómo sus derechos se extinguen al salir de la boca de los poderosos? No es menor que durante el 2005, el departamento de salud y vivienda haya calculado “cerca de 750.000 indigentes, incluyendo a los que viven en refugios, en viviendas de transición o, simplemente, en las calles (…) y casi una cuarta parte de éstos, son niños.” (Stephen Ohlemacher, agencia AP. Desde Washington, 28 de febrero del 2007)

Además, por información entregada por el Diario La prensa de Nueva York en el 2006, “Estados unidos tiene unas 46 millones de personas sin seguro de salud (…) y es más serio cuando se trae a la discusión la penosa realidad de que unas 18 mil personas mueren anualmente por no tener una cobertura suficiente en seguros médicos. Por otro lado, unos 14 millones de niños sufren hambre.”

Estas no son cifras que se escuchen a menudo en los grandes medios de comunicación, son una realidad casi escondida tras discursos falsos que se repiten una y otra vez, afirmando al “gran país” como el más desarrollado o el más libre.

Y entonces, cabe preguntarnos ¿qué moral tiene EEUU para hablar de DDHH? ¿No son ellos los que asesinan, torturan y castigan en nombre de falsas consignas? ¿Qué concordancia existe entre el discurso y la práctica del actual presidente, Barack Obama?

Algo nos queda claro: tanto fuera como dentro de las fronteras, el discurso sobre el respeto a los Derechos Humanos es completamente falso.

Hace ya cerca de una mes, salió a la luz pública, nuevamente, las torturas ejecutadas por la CIA a los prisioneros, y también conocimos, en esa oportunidad, la respuesta ante los hechos, de Obama, quien declaró que “los agentes de la CIA involucrados en los casos de tortura a prisioneros durante los últimos 7 años, no serán enjuiciados ni castigados.” Todo esto porque “este es un momento de reflexión y no de castigo (…) no se gana nada al invertir tiempo y energía en designar culpas por lo que pasó (…) hay que resistir a las fuerzas que nos dividen y marchar juntos en nombre de nuestro futuro común.”

Por otra parte, Eric Holder, fiscal general de estado, declaro que “sería injusto procesar a los entregados hombres y mujeres que trabajaban para proteger a EEUU por una conducta que fue autorizada por el Departamento de Justicia.”

¿“Conducta autorizada por el departamento de justicia”? Nuevamente, podemos reafirmar que, en realidad, no existe ninguna consecuencia entre el discurso y la práctica.

Algunas personas podrán afirmar con firmeza que B. Obama viene a ser alguien distinto, y, claro ejemplo de eso, es el anuncio del cierre de Guantánamo, la cárcel que los EEUU mantiene en Cuba.

Este proceso de cierre quedó en manos del mismísimo Eric Holder, quién deberá evaluar los 245 casos de detenidos y decidir que hacer con ellos.

Pero no basta con cerrar Guantánamo, primero porque hay que dejar en claro que lo que se cerraría es la cárcel, no la base militar, es decir que EEUU seguiría interviniendo y estando en territorio cubano, y segundo, porque ¿qué pasa con la cárcel de Bagram, en Afganistán, que tienen entre 600 y 700 presos sin juicio previo correspondiente?

Esta base militar se estableció a fines del 2001, después de la invasión a este país.

Abogados del Departamento de Justicia de Obama, declaran que el poder ejecutivo asumirá la misma posición que tuvo durante la presidencia de G.W. Bush.

Es decir, que los detenidos no tendrán derecho alguno a que los tribunales analicen la legalidad de su reclusión.

A la Cruz Roja se le ha permitido visitar Bagram, sin embargo, la información es de carácter reservado, y a la ONU no se le ha dejado hacer visitas similares, pero posee un informe sobre la reclusión de prisioneros en esta cárcel en Afganistán donde “ex presos aseguran haber sufrido torturas severas, e incluso abuso sexual. También alegan que fueron mantenidos en la misma jaula junto a entre 15 y 20 hombres, y que dos detenidos fallecieron en circunstancias cuestionables mientras estaban bajo custodia”

Finalmente, el cierre de Guantánamo, parece más que nada, ser algo publicitario, para dar una imagen que no existe, porque al parecer, Barack Obama es solo uno más que viene a continuar con el trabajo de su antecesor, haciéndose partícipe de las violaciones a los derechos humanos, ocultando y continuando con la impunidad, con el propósito de seguir “adelante”, de “avanzar” en la construcción de su país.

Es decir: Barack Obama protege a los torturadores en nombre de la unidad nacional.

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