Los CJR buscan aportar al lento proceso de reconstrucción de las organizaciones sociales de base por medio de la participación directa de los pobladores, estudiantes y trabajadores en la resolución de nuestros problemas, afrontamos con esperanza el presente, apostando por la capacidad de desarrollo que posee el mundo social y confiando en las bases sociales, semilleros de nuevas personas que enfrenten las necesidades y marginaciones de las mayorías por medio de la organización y la lucha por las demandas que nos permitan tener una vida mejor.

Apostamos por evitar el sectarismo entre la izquierda, de la cual nos sentimos parte, por ello nuestra máxima es la unidad en la lucha y la diversidad comprendida como la aceptación de trabajar con diversas organizaciones bajo la premisa de encontrarnos en algún movimiento social u organización social, respetando las identidades y formas de trabajo propios de cada organización.

Creemos que en la realidad concreta no debemos ser tan solo engranajes de una gran maquina que nos domina y de la cual pasamos a formar parte, por ello apostamos a la transformación de los sujetos levantando los valores socialistas como premisa para la transformación de la sociedad.

Solo por medio de una transformación radical , es decir una revolución, seremos capaces de construir una nueva sociedad en donde las personas no estén al servicio de los empresarios y el mercado con sus vaivenes, solo por medio de una revolución seremos capaces de recuperar lo que nos pertenece y de devolverle a la sociedad la libertad de labrar su camino sin ser este alambrado por los intereses de los poderosos.

circulosrevolucionarios@gmail.com

lunes, 19 de abril de 2010

Editorial boletin "El Activista" Marzo-Abril de 2010

Con la llegada de una nueva facción de los poderosos al gobierno ha llegado el viejo discurso de “unidad nacional” que las clases dominantes enarbolan cuando las mayorías oprimidas y postergadas comienzan a golpear la mesa por sus demandas. Temiendo que las mayorías busquen una sociedad distinta a la actual, regida por el interés privado y el individualismo, el discurso de unidad nacional busca reconstruir la capacidad de dominación sobre la sociedad por parte de los poderosos, la que en los últimos años se ha visto dañada, probablemente teniendo como detonante las movilizaciones de estudiantes secundarios durante la revolución pinguina.


El pasado 27 de febrero la tierra expreso su descontento frente a las grandes empresas que en búsqueda de mayores ganancias no les importa destruir el medio ambiente.


Desde el mismo 27 de febrero nos sumamos a las actividades de solidaridad de pueblo a pueblo, por medio de las campañas impulsadas desde el Partido Igualdad que en las primeras horas posteriores al terremoto envió grupos de trabajo en terreno al sur de nuestro país. Ahora, sin dejar la solidaridad de lado, viene la lucha por la reconstrucción de un nuevo Chile, mientras el estado buscará reconstruir un Chile de Cartón, un Chile de emergencia, el mundo popular avanza en reconstruir un nuevo Chile, que el terremoto del 27 de febrero no nos deje la desolación del terremoto de Tarapaca donde los poderosos olvidaron a los pobres del norte de nuestro país, (aún viven en mediaguas) es por eso que nos sumamos a las iniciativas de conformación de comités territoriales de reconstrucción (CTR) que poseen un carácter de base y
de lucha por reconstruir un nuevo Chile que entregue felicidad y dignidad a las mayorías.

Con la llegada de una nueva facción de los poderosos al gobierno ha llegado el viejo discurso de “unidad nacional” que las clases dominantes enarbolan cuando las mayorías oprimidas y postergadas comienzan a golpear la mesa por sus demandas. Temiendo que las mayorías busquen una sociedad distinta a la actual, regida por el interés privado y el individualismo, el discurso de unidad nacional busca reconstruir la capacidad de dominación sobre la sociedad por parte de los poderosos, la que en los últimos años se ha visto dañada, probablemente teniendo como detonante las movilizaciones de estudiantes secundarios durante la revolución pinguina.

El discurso de unidad nacional además cae en terreno fértil con la urgente tarea de reconstrucción que ha dejado el terremoto, es de esperar que el nuevo gobierno busque congelar las demandas sociales por una vida digna usando como excusa la falta de recursos producto de la reconstrucción del país, definiendo como única prioridad social la reconstrucción en el sur de nuestra tierra.

Sin negar la necesaria atención al sur de Chile, señalamos que se debe avanzar en las demandas por sueldos, salud, vivienda y educación digna, Por todos es sabido que Chile se encuentra entre los países con peor distribución del ingreso, Chile es el paraíso de los empresarios y el purgatorio de los trabajadores y el pueblo pobre. Hoy los poderosos no dudarán en acrecentar esta brecha a costa de las mayorías que se ven golpeadas de forma directa e indirecta por el terremoto por medio de daños estructurales en sus viviendas, alzas de precios, cesantía, bajos sueldos, etc.

Frente a un gobierno al servicio de los empresarios y una oposición condescendiente que acepta de buenas ganas el viejo discurso de “unidad nacional”, a los pueblos y las clases trabajadoras solo les queda avanzar en su organización para una vida digna levantando las demandas insatisfechas por años y que hoy, frente a un nuevo gobierno de los poderosos, no pueden paralizarse, ya que solo el pueblo y sus organizaciones tiene la capacidad de defender al pueblo, es esa capacidad la que nos permite reconstruir un nuevo Chile, y no un Chile de mediaguas y cartón, que es el Chile de emergencia que ofertan los poderosos.


¡Con la solidaridad de l@s que luchan, a avanzar en las demandas sociales!

 
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